y que se alimenta de la energía masculina que se encuentra en el cabello del otrx, reproduciéndola a su manera. Nos apoderamos de la masculinidad hegemónica para transformarla en una masculinidad transgresora característica de lo abyecto, lo fallido, esa masculinidad que esta donde por norma no debería existir.

Así, hacemos nuestros los rasgos de la virilidad, poniendo en duda la supuesta pureza y naturalidad del género y del sistema binario. Reflexionamos sobre nuestra masculinidad como personas AMAN (asignadas mujeres al nacer) y leemos nuestra propia experiencia como algo colectivo, trasplantándola al espacio político.