Las extremidades entrelazadas y cuerpos superpuestos empiezan a diferenciarse con dificultad hasta llegar a imaginar un ser de una sola identidad. Es la forma en la que la sociedad empieza a leer los sujetos que componen una pareja, siendo confundidas incluso sus corporalidades y apariencias.

A través de la piel se cuenta un relato, un discurso de micropolíticas y macropolíticas en la que el amor juega un papel social y donde se ponen en duda las normas tradicionales de las relaciones románicas, siendo el afecto un arma de lucha colectiva y no de negación de la identidad. Mediante las imágenes y el texto, se habla sobre los significados que se crean en torno al amor y a quienes lo experimentan, además de la influencia del entorno en cómo se construyen las relaciones sociales, en general, y sexo-afectivas, en particular. De esta forma, se pueden apreciar las pequeñas diferencias de los cuerpos en las fotografías, pero al mismo tiempo la fragilidad de esta última, que al final se termina fusionando con la otra.