Dichas entrevistas ponen el foco en los dormitorios de cada unx como espacio de libertad de género. De esta forma, sus dormitorios respectivos aparecen como un retrato de sus identidades, donde podemos apreciar las diferencias de cada unx teniendo en cuenta su contexto social, pues sus respectivos hogares se encuentran en sitios muy diferentes (Arcas, Cuenca y Torrejón de Ardoz, Madrid). Ambxs se encierran en una habitación que es al mismo tiempo una cárcel y un lugar de libertad absoluta donde pueden escapar del ojo del padre, representación directa del poder viril. Lúa no sale de allí, no tiene sitio al que huir fuera de esas cuatro paredes. Lucca sin embargo, cuando no está en la habitación, escapa a Madrid para habitar lugares y resignificarlos, razón por la que en las imágenes aparecen algunas fotografías externas a su habitación.